‘Nunca pensé en morir’: Carlos Bautista, mánager de Omega y Chimbala, sobrevive la tragedia en el club Jet Set

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Carlos Bautista, manager de artistas como Omega y Chimbala, fue a la discoteca Jet Set el lunes por la noche a ver a su amigo Rubby Pérez cantar. Estaba parado junto a las escaleras del escenario cuando el techo del club colapsó. Bautista y su hermano sobrevivieron la tragedia. Esta es su historia, en sus propias palabras

Yo soy amigo personal de Rubby. Yo le hice la última producción que él hizo, y teníamos negocios y cosas y fui a verlo el lunes por la noche. Estaba cercano a la escalera del escenario.

Yo no me quejo. Cayó un pedazo de techo en la esquina de la discoteca, cayó en una mesa y la desbarató y ahí mismo apareció un hueco en el techo. La gente empezó a grabarlo y mirarlo, y en segundos se desplomó entero. [Al principio] pensábamos que era un pleito en la discoteca, porque la gente salió corriendo, entonces pensábamos que era un lío. Pero a los cinco segundos se cayó el techo. Yo estaba al frente.

No me dio tiempo de correr. Yo cuando me viré para irme me cayó el techo encima; en la cabeza, en la espalda, en los brazos, en las rodillas. Quedé totalmente tapado. A mí y mi hermano nos cayeron los escombros. Pero al lado había una persona, una pareja, y abrieron un espacio. Y me dijeron, “Ayúdeme Carlos a salir”. Yo tengo demasiado fuerza; mido 6 pies y peso más de 200 libras. Y logré mover una silla y él logró salir. Mi hermano quedó atrapado, pero yo fui a buscar refuerzos para sacarlo del escombro.

[Cuando esas cosas pasan,] creo que uno no piensa nada. Cuando sí estaba bajo los escombros, pensé en mi mamá, en mi familia, y a Dios le pedí que ojalá pudiéramos salir con vida, pero que ya la voluntad era de él.

Estaba tranquilo, totalmente, cien por ciento tranquilo. Pero no fui yo. Es Dios el que [determina]. Nunca pensé en morir. Estuve una hora y pico ahí atrapado. Yo no perdí el conocimiento porque estaba hablando con mi hermano para activarle la mente, porque ya casi le daba un ataque de claustrofobia. No perdimos el conocimiento ninguno de los dos. Entonces los del lado mío nos abrieron camino y salí. Yo salí descalzo; los zapatos los dejé ahí atorados, y andaba con precaución por si había cualquier clavo. Y encontré un ahijado de mi mamá, un policía y un muchacho de los bomberos. Mi hermano tenía el teléfono con él, y con el flash, lo buscaron, quitaron los escombros y pudieron sacarlo. Mi hermano estuvo tres, cuatro horas y media ahí. Rubby creo que fue el tiempo que lo mató.

Cuando estás en esa condición hay cosas que se le van a uno y le llegan y no es fácil. A veces pierdes el tino, pierdes la noción de lo que está pasando. Yo pensé que era un terremoto. Cuando yo salgo y veo que está todo bien me doy cuenta que no es un terremoto.

Lo que más me impactó fue ver la gente desesperada esperando con ansias. Me marcó muchísimo ver a todos los familiares esperando con ansias que sus familias salieran con vida, cuando yo ya sabía que la gran mayoría que estaban ahí estaban en otro lugar. Ya Dios los había llamado.

Yo vivo con mi hermano y con mi mamá. Mi mamá estaba en casa y solo se dio cuenta de lo que había pasado cuando la llamé desde el hospital. Ella se levanta todos los días a las cuatro de la mañana a rezar y a esa hora la llamé para que no se levantara y fuera a ver que yo no había llegado.  

Mi hermano pasó la noche en el hospital y hace una hora que ya está aquí conmigo. Yo no me fracturé nada. Ahora tengo un poco fracturada la mente, con todo lo que vi. Tengo fracturado el corazón porque soy humano, y siento el dolor ajeno. Tengo mucha gente conocida que murieron ahí. La vida puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos.

Me desperté esta mañana dándole gracias a Dios, por dejarme un poquito más. Por mostrar su misericordia por nosotros. Dándole gracias por no dejar a mi madre sola, con este momento de vida que esté viviendo, que no fuera a estar sin sus dos hijos.

Yo soy así, tranquilo siempre. Cien por ciento yo soy así. [Pero no me salvé por estar tranquilo]. Todo está alrededor de Dios. A mí me llegó la frase hoy que dice: “No fue el universo, fue Dios. Y no fue casualidad, fue propósito”.

[Ahora que ha pasado esto,] quiero que la humanidad dé más carácter a la existencia de Dios, porque estamos viendo los finales, y Dios existe de verdad. Yo soy muy creyente, y ahora más. Ahora seguiré hablando de eso de por vida. De la existencia de Dios.

Esto no me afecta en mi carrera, claro que no me afectó. Yo trabajo en música, y estoy preparado mentalmente para todo lo que venga.

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